Secretos
La clase era el escenario de un encuentro de exploradores, ya habíamos armado las tiendas de dormir con mesas y telas y nos disponíamos para encender la fogata, contar historias y asar malvaviscos. Las tres velas que hacían de fogata avivaron la imaginación y alrededor de estas emergieron muchas historias, todas con una mezcla de realidad y ficción, perritos que hablaban con niños, fantasmas de halloween que se quedaron sin dulces, superhéroes que ayudaban a las abuelas, animales haciendo travesuras y hasta historias de alimentos, como el helado que se disfrazó de payaso o unas verduras que estaban tristes porque un niño no las comió. En cuanto una historia terminaba había muchas manos levantadas moviéndose insistentes para agarrar la palabra y contar la próxima historia. Cuando los malvaviscos se acabaron también lo hicieron las historias. Apagamos las velas y los niños y niñas se fueron a jugar bajo las tiendas. Los ví jugando a leer cuentos y a esconderse de los animales ...