El tiempo que se esparce
El piso estaba invadido de cuerpos, obras y materiales. Los niños y niñas estaban acostados, sentados, acuclillados o de pie haciendo construcciones que combinaban la exploración y la experimentación de la plastilina con otros elementos. El lugar disponía de palos de paleta, hojas, tapas y plastilinas esparcidas sobre el piso, por lo que caminar dentro de este espacio era toda una proeza. David requería otro color de plastilina por lo que se veía en la misión de atravesar el salón. Iba moviéndose de forma muy cuidadosa, caminado despacio como asegurando cada paso al tiempo que observaba desde su propia altura a los demás. Sin embargo, sin darse cuenta pisó accidentalmente uno de los dedos de Cielo quien estaba concentradísima en la elaboración de una alta torta de cumpleaños. Un poco asustado David empezó a mover su cabeza de un lado a otro como buscando una mirada o como queriendo decir algo con los ojos. Cielo no lo volteaba a ver, seguía concentrada en su construcción. David pa...